por Dr. Pedro Galo Aguilar
La diabetes mellitus es una de las enfermedades metabólicas más frecuentes cuya característica fundamental es la imposibilidad del organismo para mantener en la sangre el nivel adecuado de glucosa (azúcar). Y es que los hidratos de carbono, proteínas y grasas que ingerimos con los alimentos son empleados por el organismo como fuente de energía pero para su aprovechamiento y utilización precisa insulina, una hormona que es segregada por el páncreas cuya principal función consiste en facilitar el paso de la glucosa al interior de las células del cuerpo (especialmente de las cerebrales) así como evitar que haya excesiva cantidad en sangre produciéndose lo que conocemos hiperglicemia. En suma, es la insuficiente secreción de insulina -o su inadecuada utilización por el organismo- lo que provoca la aparición de la diabetes mellitus (nombre que se da para distinguirla de la diabetes insípida, dolencia mucho más rara que define la incapacidad de los riñones para conservar el agua lo que provoca una micción frecuente y sed pronunciada).
Se conocen dos tipos de diabetes mellitus. Cuando el páncreas no produce insulina o lo hace en cantidad insuficiente se denomina diabetes de tipo I y cuando lo que sucede es que las células del cuerpo no responden a la insulina que se produce se habla de diabetes tipo II.Quienes sufren la diabetes tipo I -que suele aparecer antes de los 30 años- se ven obligadas a proveerse artificialmente de insulina y por eso se las llama insulinodependientes. Se cree que puede deberse a algún factor ambiental -se piensa especialmente en una posible infección vírica- que provoca la destrucción por el sistema inmune de las células productoras de insulina.
La diabetes tipo II -la más común- suele aparecer en personas de más de 40 años y se cree que también la provocan factores externos, entre ellos una dieta inadecuada, la obesidad, un estrés excesivo, deficiencias nutricionales y algunos fármacos, especialmente los corticosteroides.
Cabe agregar que la diabetes disminuye la esperanza de vida y puede provocar la aparición de otras patologías como alteraciones microvasculares, dolencias cardíacas, aterosclerosis, neuropatía diabética, úlceras diabéticas o nefropatía diabética.
La autohemovacuna es una de las terapias alternativas que se utilizan con más exito en la diabetes mellitus
En todo caso, es obvio que independientemente del tipo de diabetes el tratamiento en ambos casos debe centrarse en intentar mantener el nivel adecuado de glucosa en sangre por lo que la dieta y el ejercicio son pilares fundamentales de cualquier tratamiento. RECOMENDACIONES GENERALES
-Trate de mantener el peso y evite la obesidad.
-Mantenga un horario de comidas lo más constante posible.
-Limite al máximo la ingesta de hidratos de carbono, muy especialmente los productos refinados.
-Modifique la dieta si aparecen complicaciones como hipertensión, hiperlipemias o alteraciones renales.
-Reduzca la ingesta de grasa al 30% de las calorías que consuma.
-Aumente la ingesta de fibra.
-Utilice edulcorantes no calóricos en lugar de azúcar.
-Evite el consumo de alcohol, café y otras sustancias tóxicas.
-Elimine de su vida la comida-basura, los alimentos precocinados y las comidas preparadas.
ALIMENTOS MÁS ADECUADOS
-Aguacate. Alimento lipido-glucídico con grasa de buena calidad que además ayuda a mantener los niveles de glucosa en los niveles adecuados.
-Alcachofas. Por su actividad hipoglucemiante.
-Apio. Ayuda a regular el nivel de glucosa en sangre.
-Cebolla. Es un alimento alcalinizante que además disminuye los niveles de glucosa en sangre.
-Cereales integrales. Previenen la diabetes y resultan muy bien tolerados por los diabéticos. Deben consumirse con frecuencia, especialmente la avena y el trigo.
Adicional a la nutrición, puede aplicarse una terapia celular para restituir la función del páncreas
-Champiñón. De fácil asimilación, mejora el estado de los pacientes con diabetes.-Germen de trigo. Disminuye las necesidades de insulina y el nivel de glucosa en sangre.
-Legumbres. Favorecen la regulación de la glucosa en sangre por su contenido en fibra. Hablamos del garbanzo, la soja, la almorta, la lenteja, el altramuz, la alfalfa, la judía (fríjol), el azuki y la judía mungo.
-Patata. Su ingesta facilita que durante la digestión la glucosa se libere lentamente.
-Verduras. Son bien toleradas por los diabéticos y por su escaso aporte calórico evitan la obesidad. En el caso que nos ocupa resultan especialmente recomendables la endibia, la escarola, la lechuga, la judía verde, el guisante, el pepino, el brécol, la coliflor y, en general, toda la familia de las coles (crucíferas), incluyendo la col fermentada.
COMPLEMENTOS
-Vitamina B6. Previene las complicaciones de la diabetes.
-Vitamina B8. Actúa de forma sinérgica con la insulina y de forma independiente aumentando la actividad de la glucokinasa.
-Vitamina C. Previene que el azúcar intracelular se convierta en sorbitol, hecho asociado a trastornos visuales, nerviosos y renales en pacientes diabéticos. Por otra parte, un déficit de vitamina C puede causar problemas secundarios a la diabetes.
-Vitamina E. Actúa como protectora del sistema circulatorio por lo que es fundamental en el tratamiento de la diabetes. Asociada al selenio es más efectiva.
-Cromo. Éste se almacena en el hígado formando parte del denominado Factor de Tolerancia a la Glucosa (GTF) con funciones muy importantes en la economía corporal. Este elemento aparece muy bajo en pacientes diabéticos.
-Cobre. Junto con el cromo y el manganeso interviene en la formación de la insulina.
-Manganeso. Cofactor de enzimas importantes del metabolismo de la glucosa.
-Zinc. Actúa en sinergia con el cromo por lo que los alimentos ricos en él ayudan a aprovechar mejor éste. El zinc tiene un efecto protector frente a la destrucción de las células beta del páncreas.
-Magnesio. Este mineral interviene en la producción de insulina por el páncreas y se reduce de forma significativa en los diabéticos -especialmente los insulinodependientes- ya que lo eliminan en gran cantidad a través de la orina.
Vía| cl.globedia.com